Marzo del 2020, un mes que nunca olvidaremos en una época que marca un antes y un después.
¡Wow qué mes ha sido este marzo del 2020! Nunca nadie se lo hubiera podido ni imaginar.
Todo el mundo en su casa, alejados fisicamente, compañías enteras cerradas, pequeños negocios, trabajadores a destajo parados. No más vida social fuera de nuestras casas pero sí más vida interna.
Este es realmente un momento para reconectarnos con nosotros mismos, más allá del ruido de las noticias, la conversación familiar y con amigos, de los miles de mensajes en las redes sociales, es tiempo de meditar, contemplar y estar en silencio para tratar de entender y preguntar cual es la parte que nos toca asumir en todo este extraño período en el planeta tierra.
Creo que todo lo que está pasando, venga de donde venga, provocado o no, trae consigo un mensaje que no hemos querido escuchar anteriormente o que escuchamos pero olvidamos rápidamente cada vez que ocurría una desgracia mayor como un tsunami, un terremoto devastador, un ataque terrorista o un nuevo tiroteo en una escuela que acababa con la vida de muchas criaturas inocentes...
Una y otra vez escuchamos por un momento el mensaje que el universo nos está enviando, pero lo olvidamos rápidamente hasta el próximo incidente, mas aun cuando esos eventos suceden en lugares lejanos a nuestro mundo.
Pero esta vez es distinto, ahora todo el planeta está viviendo lo mismo, sintiendo el mismo miedo, la misma incertidumbre, la misma angustia por el presente y el futuro... por la salud y el dinero, por la vida como la conocíamos... por primera vez en la historia, el mundo en su totalidad se enfrenta a un enemigo común y todos luchan utilizando las mismas armas, cosas tan simples, nada de bombas nucleares ni artillería pesada, no, esta vez se trata de agua y jabón, de quedarse en casa compartiendo con la familia, de hacer una pausa en todo.
Creo que el mensaje es claro y contundente, llegó la hora de mirar hacia adentro, valorar lo que tenemos y preocuparnos por el prójimo así sea para evitarlo pero reconociendo su existencia...
¿Será que ahora sí escucharemos? ¿Será que nos detendremos a pensar y examinar nuestra vida y la parte que hemos tenido en la destrucción del planeta, de los animales, de los mares, rios, aire , etc.? ¿Tomaremos conciencia y haremos ajustes necesarios en nuestra vida una vez que todo esto acabe? O volveremos a lo mismo?
Si nos dejamos llevar por las experiencias pasadas es probable que luego del choque inicial el ser humano se olvide de esta pausa obligada y de todas sus buenas intenciones de cambiar y de hacer un mundo mejor una vez que esto acabe, y volverá a lo mismo de antes.
¿Necesitaremos algo aún mas fuerte para cuidar del único planeta, del único cuerpo y de la única vida que tenemos? Esperemos que no.
Sólo el tiempo lo dirá...
Continuará....